CRONICAS DE UNA PESCA ANUNCIADA

Son las cinco de la madrugada y voy en viaje por antiguos caminos ya recorridos, mientras repaso mentalmente mi programa y objetivo; alucino, divago, fantaseo e idealizo lo que será esta nueva aventura, mientras voy quemando etapas del recorrido tras el volante.    

Cruzaré el Lago General Carrera en la barcaza tehuelche para luego desde el aeródromo de Chile Chico recorrer 21,7 kilómetros para alcanzar el punto clave.  Llegaré a las dos de la tarde dependiendo del estado de la ruta, me estacionaré al costado del camino público, me pondré rápidamente el wader, armaré la caña número 5WT con la línea RIO sinking tip de 200 grains, a un líder 0X ataré una mosca articulada color chartreuse.   Me terciaré el bolso de pesca al hombro y sin demoras caminaré hacia esa porción del río donde en años anteriores he encontrado vestigios de desove de salmones.   No desperdiciaré tiempo y almorzaré a la hora de cena.

Llegaré al río y haré los primeros lances en aquella corredera que termina en un extenso pozón de fondo arenoso, se que allí estarán, se que antes del tercer lance pescaré mi primer salmón Sakura.  Volveré a mi vehículo al caer la tarde, conduciré hacia el sector reparado del viento donde siempre acampo.   Destaparé una botella de carignan para acompañar mi bife a la plancha.   Estaré cansado, pero feliz.


No es un relato fantasioso ni exagerado, mas bien es un relato exacto y pobre en recursos literarios de lo que realmente fue.  En pocas ocasiones puedo decir que de tanto pensar, mentalizar e idealizar algo... ese algo se hizo realidad.

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