ISLANDIA

Nunca pensé que mi pasión por pescar y conocer nuevos lugares me llevarían a tierras tan lejanas. Pescador vagabundo (Trout Bum), un estilo y concepto de pesca que me ha ido definiendo sin yo pretenderlo, pero que sinceramente me agrada.
Un día de la nada me llama mi amigo de tantas aventuras y dice "voy a Islandia con Norm, eres bienvenido si quieres" (corto, preciso y conciso, como suele ser su estilo, jajaja!!!).   Ahhhh!!!, Islandia?.  Se me viene a la mente muchas historias de pesca y sueños.  Islandia es mundialmente famoso por la pesca de salmones salares, pero en lo único que pensé fue en los Artic Char (un pez familia de las fontinalis).   Mmmm.... la idea es tentadora, repliqué.  A lo que Gerlof agregó... "es temporada de auroras boreales".   Mi amigo sabía que era unos de mis sueños de niño, el de contemplar la magia de una aurora boreal.   Entonces exclame, Ya!!!! vamos!!!.  Sin medir costos, distancias, transbordos ni escalas.  Vamos!!!... reafirmé.
Mi dominio del Inglés hablado es básico y debía llegar por mi cuenta a un Hotel en Reikiavik, capital de Islandia.   Nervioso por la aventura de viajar solo, pero asegurando a mis amigos que allí estaría, a la hora y día acordado.   Y así comenzó una nueva aventura.
Viajé con todo mi equipo de pesca, de camping y un float tube.   Recorreríamos las mesetas del norte de Islandia, lagos y arroyos, buscando truchas marrones y Artic Char.   No era de nuestro interés pescar salmones.   Pescando siempre por nuestra cuenta, acampando y viajando por distintos sectores. La vida de un Trout Bum no es fácil, eso es lo que mas me apasiona.   Un Trout Bum busca la aventura de pescar por su cuenta, investiga, acampa, sobrevive, estudia el escenario de pesca in situ y resuelve su estrategia de pesca en base a su experiencia y olfato.  (aclaro que un TB pierde su membrecía si va a un lodge, jajaja!!!).   Ser un TB es un juego solamente, cierto?.   Un juego sobre el cual he ido conociendo mas adeptos, los cuales me incorporan y reconocen como uno de sus pares.
En fin!!! ya estábamos recorriendo el norte de Islandia, sus mesetas me recordaron inmediatamente a mi querida patagonia, lomajes suaves, vegetación de estepa  y una gran cantidad de pequeños lagos casi siempre interconectados por arroyos.   El clima fuertemente influenciado por su cercanía al litoral, asociado a lluvias, nubosidad y con frecuentes bancos de neblina, una bruma que nos invadía y limitaba la visibilidad.   

Pescar truchas marrones en estos arroyos fue fácil, fiel al estilo de pescar la misma especie en los springcreek de la Patagonia Chileno-Argentina.   Mismas moscas, mismo estilo.     Pero los Artic Char nos eran esquivos.   Ya era Otoño en Islandia, los arroyos presentaban un bajo caudal y una cálida temperatura aportada por el verano.  Por lo que los Artic Char se habían desplazado a la profundidad de los lagos y a algunas nacientes de vertientes.   Sin embargo, poco a poco fuimos comprendiendo donde estaban y los patrones preferidos.  Y así comenzaron las capturas.   No era fecha para pescar grandes Artic Char, pero ya conocerlas era todo un sueño.
La pesca se desarrollo sobre arroyos y lagos, cada día un nuevo lugar, un nuevo ambiente y muchas veces una nueva forma de abordar la pesca.  Cada día una aventura.


Ahhh!!!  pero en cada día no solo estaba la búsqueda de peces.  Al terminar el día, comenzaba la vigilia sobre el cielo, engañando las frías noches con un "Bols" y tres chaquetas encima, jajajaja!!!, mientras nuestros ojos buscaban en la oscura bóveda del cielo, aquella mágica luz que desde la prehistoria ha cautivado al ser humano.  Fue Gerlof, quien vio la primera Aurora Boreal y corrió a despertarnos.   A las largas jornadas de pesca, se sumaron largas horas de vigilia nocturna.   Y así, el cielo de Islandia nos sonrió, nos regaló el tiempo de contemplar cuatro Auroras Boreales, "la luz del norte- the northern lights".  Un sueño hecho realidad.

Pero no todo terminó allí.  Decidimos dar la vuelta completa a la isla para maravillarnos con su paisaje.  Hermosos arroyos,  cascadas,  glaciares y formaciones rocosas tanto en cerros como el litoral, estaban a vista desde la carretera.  Pero lo mas sorprendente del paisaje para mi, fue cuando iba a cruzar un puente y veo como las aguas de río transportaban enormes trozos de hielo, que pocos cientos de metros aguas abajo eran despedazados por las olas del mar.   Estábamos frente a "Jökulsárlón" al lago de los glaciares.



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