TROUT BUM – EL VAGABUNDO PESCADOR DE TRUCHAS

Han pasado más de 15 años desde que escuché por primera vez este término y fue en la película TROUT BUM PATAGONIA, la cual me hizo pensar que eran posibles mis locas fantasías de recorrer tierra del fuego pescando, especialmente de forma independiente y a bajo costo.   Pero solo hace una década y tras conocer a GERLOF VAN DEN BERG –mi gran partner de pesca– es que entendí que había toda una filosofía de vida tras este concepto, que traducido a nuestro idioma sería algo así como: «el vagabundo pescador de truchas».

Todo comenzó con bromas…

Un Trout Bum no va un lodge, en replica a contar con alguno para lograr un objetivo de pesca.

Un Trout Bum no necesita el amparo de un techo, cuando el mal clima arreciaba y había que hacerle frente con una precaria carpa, para resistir una noche más y seguir pescando.

Un Trout Bum no necesita de una ducha, cuando pasaban los días y el frio del ambiente calaba hasta los huesos y con eso justificábamos la baja higiene personal, jajaja!!!.

En el fondo, un Trout Bum siempre rechazaba las comodidades que la civilización ofrecía o que las normas sociales demandaban.  Lo único importante era estar pescando la mayor cantidad del tiempo, casi como ser un pescador 24/7 en la jerga laboral actual.

Y si!!!, era entretenido hablar del perfil de un Trout Bum, porque en días complejos hacer referencia de como resolvería la situación una especie de «Chuck Norris del Fly» sacaba risas y subía la moral.   O símil a como llevaba la vida un cowboy de las antiguas películas hollywoodenses, durmiendo bajo las estrellas, sobreviviendo el día, comiendo una suerte de modesto guiso, mientras recorría las llanuras del oeste.   Salvo… que aquí solo se va armado con una caña y un puñado de moscas.

De alguna forma siento que Robert Traver en su escrito «testamento del pescador» (1964) sin pretenderlo describe a un Trout Bum, al mencionar que evita las multitudes, el uso de tecnología, esquiva eventos sociales o cuando menciona que el whisky en un viejo tazón sabe mejor (mejor que en una copa de cristal con hielo, deduzco).  

Con los años descubrí el libro “Trout Bum” de John Gierach (1986).   Quien entiendo acuñó este concepto o estilo de vida asociada a la pesca. Un concepto que siempre me ha encantado a tal punto que deseaba ser un Trout Bum.

En la actualidad imagino que un Trout Bum no estaría publicando online sus logros diarios, no cargaría hielo para su whisky o comería en una mesa con mantel junto al rio. Y no es crítica, creo que cada quien es dueño de vivir en la mejor comodidad que la vida le brinda.    Solo estoy jugando a desenmascarar al mítico Trout Bum de Gierach.  Y si aún se puede ser uno en estos tiempos, donde la tecnología y redes sociales nos sigue hasta los últimos rincones del mundo o cuando el equipamiento para una mayor comodidad se obtiene a muy bajo costo.  

Creo comprender que ser un aficionado a la pesca o ser un empedernido pescador no te convierte en un Trout Bum.  Como tampoco el contar con gran cantidad de costosas cañas o haber gastado mucho dinero en un lodge para pescar distintas aguas del mundo.

Lo divertido es que a este aventurero vagabundo pescador, pareciera no importarle tu opinión de él, ni que sepas de sus logros a la hora de capturas.   El solo quiere estar pescando valiéndose de cualquier medio, sin temor a hacerlo de forma precaria, ni tiene pudor en saborear el vino en caja.

Con los años me he dado cuenta que no se puede pretender ser un Trout Bum, ni autoproclamar como tal, esto sencillamente sucede.  Y sucede según tu estilo.
Y ahora, ¿a quien le importa este concepto? Posiblemente a nadie y menos a un Trout Bum. 


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