Flotando El Río Chubut.

Hace pocos días atrás tuve el placer de flotar el Río Chubut, era uno de los desafíos de pesca de Gerlof, un pescador Holandés adicto a la pesca en la patagonia.  Gerlof tenía todo planificado, llevar nuestros vehículos y dejar uno en Fofo Cahuel para nuestro retorno mientras llegábamos al punto de partida en mi camioneta (a unos kilómetros del Maitén).

Según Google Earth, recorrimos cerca de 100 km en tres días y medio.
El viaje es muy entretenido.  Mientras floto y pesco recuerdo muchos de los antecedentes que mi partner me transmitía durante el viaje.   Que el río Chubut con sus casi 800 km es uno de los mas largos de Latino América, nace en la Provincia de Río Negro, pero le da el nombre a la Provincia Del Chubut donde es el principal curso de agua hasta llegar al atlántico.  Que la mejor fecha es temprano en la temporada, por la temperatura del agua y oxigeno.

El inicio de la flotada fue una locura, primero navegar a través de la apretada vegetación que rodea al río, principalmente sauces.   Mientras sorteaba rápidos, túneles de ramas, troncos sumergidos, era inevitable echar una mirada al fondo del agua, donde era fácil observar truchas de buen tamaño y en gran número, pero la rapidez del caudal y espesura de los sauces hacían imposible  pescar desde el pontoon individual.

Un par de horas y ya estábamos en un sector mas despejado,  armamos cañas y uf!!! el paraíso de la pesca. Quizás mas de 100 piques, muchas truchas siguiendo la mosca al unisono, pero mucho menos llegaron al "copo", la mayoría se liberaban tras su enérgica lucha.

Entre tantas arcoiris unas fontinalis nos alegraron el día, aunque yo solo pesque unas que escasamente superaban los 15 cm.   Pero no importa, siempre me parecen bellas.

Acampamos donde nos encontró la tarde, al día siguiente a las 7 am ya estábamos iniciando la jornada, la pesca muy productiva pero menor cantidad que el dia anterior, mientras que el río se presentaba mas amplio y la vegetación circundante dejaba mas espacio para lanzar.   Ufff!!! una jornada agotadora, pescamos y avanzamos hasta el atardecer.

Mientras avanzamos y desde el río se aprecia este curso meandrico que nutre un fértil valle.  Fue entonces cuando se me ocurrió bajarme del pontoon y ver que había tras la espesura de la vegetación. Esto era solo un oasis. Donde pareciera que la vida y la muerte esta en un juego constante.

Al tercer día, la pesca buena, pero casi todos pequeños.  Mi partner pesco una pequeña fario.
Pero en la medida que fue desapareciendo la vegetación circundante y los rápidos, fueron desapareciendo las truchas.  En algunos posones era posible ver cardúmenes de percas.  Pero apegadas al fondo mientras yo llevaba la caña cargada con linea de flote.  En la medida que las riveras coincidían con la pampa, probé una de los hopper atados para otra ocasión y paff!!! era tomada tras tomada.

Hacia la tarde ya no había pique y nuestro esfuerzo se concentro en llegar a Fofo Cahuel, lo cual logramos al cuarto día.   Unos kilómetros antes, nuevamente había comenzado la actividad de pequeñas truchas, pero poca atención le prestamos.  Nuestra mente estaba en salir del río para ir a retirar mi camioneta al punto de partida.

Río Chubut, sin duda una gran experiencia y un lugar que había que conocer.