Tras las Marrones Migratorias del Embalse Piedra del Aguila, Argentina.


Ufff!!! cuando la temperatura sube cuesta refrescarse.   Luego de calentar la mano en el Limay Medio no podía dejar de pensar donde calmar la tensión de pesca.
Un par de mensajes y me sumé a los planes de Fernando, otro pescador solitario que viajaba a pescar las aguas de diversos ríos en la Provincia de Neuquén, con base en Junín de Los Andes.   Básicamente la pesca se centró en la cuenca hidrográfica del rio Collón Curá, que junto al Limay es uno de los principales afluentes de embalse Piedra del Águila.  Conviene aclarar que el Río Limay es afluente y efluente.
Con la ayuda y compañía de Fernando recorrimos varios ríos y sectores.  La idea era encontrar corridas de marrones migratorias que desde el embalse Piedra del Águila remontan sus afluentes buscando aguas mas oxigenas y sustratos óptimos para desovar.  Marrones migratorias del tipo "potamodromas".
Así es como llegamos al río Aluminé, Malleo, Chimehuin y Caleufú.  Por ser mi primera excursión de pesca en estos ríos, cada jornada me resultaba de entretenida complejidad.  Que equipo elegir, tipo de linea y especialmente que patrones usar.
Cada día con su propio afán de buscar un lugar para pescar y descubrir la mosca virtuosa de la jornada.    En cada jornada los piques tardaban en llegar, era un continuo y silencioso análisis de la estructura del rio y de su fauna asociada.  Todo esto en un hermoso escenario natural, donde si no hubiese pescado no me habría importado.
Finalmente lograba capturar alguna marrón, las encontraba principalmente en las correderas y lugares de difícil acceso y casteo.  Una pesca siempre exigente, en elección de equipo, moscas y de descubrir donde se encontraban las migratorias.
Lo que hace altamente atractiva la búsqueda de estas truchas, es su gran vigorosidad y resistencia a la captura.  Tomadas que quitan el respiro y adrenalinicas  luchas.    Soberbias truchas que llegaban a patinar sobre el agua, agitando enérgicamente su hocico de lado a lado tratando de  zafarse de su captor.
Entre tanta búsqueda de marrones no era extraño ser recompensado con alguna linda y combativa arco iris, algunas de muy lindos colores y gran vigorosidad.

En todas las capturas el factor comun fue uso de lineas de profundización rápida, mientras que los patrones más productivos fueron zonker y woolly bugger verde musgo, pancora grey y pancora curruhue.
El tamaño de las truchas fluctuaba de 500 gramos hasta casi 3 kilos, con relativa abundancia de cada especie según las distintas áreas visitadas, tanto de migratorias como residentes.
Nada podía borrar la sonrisa de mi cara tras cada captura, el frío, hambre y fatiga, solo llegaba al recoger la linea tras el termino de la jornada.
Lo cierto es que este artículo solo tiene un afán de dar a conocer alternativas de pesca existentes, de las que no se olvidan.  Una memorable y exitosa jornada sobre las marrones migratorias, cuyo éxito se debe a la cortesía y buena onda de Fernando quien compartió sus áreas de pesca conmigo, datos que estudia, atesora y visita año a año.  

6 comentarios:

  1. Pescador!
    Que Maraton de pesca, solo disfrutar de tu relato y hermosas truchas.

    Felicitaciones por tu blog que gran aporte hace a alimentar esta pasion día a día.

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  2. Gracias!!!
    Puede ser que exageré con la cantidad de fotos.
    la reeditaré en los próximos días.

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  3. Muy bueno Luis!. Las buenas fotos nunca están de más.

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  4. Gracias Mariano, la verdad es que recorrimos muchos lugares y todos con sus sorpresas, entonces las fotos corresponden a diferentes jornadas y por los recuerdos que implican no podía dejarlas fuera.

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  5. Luis, gracias por compartir tus experiencias, al leerlas es como si uno se extrapolara a ese río y estuviera pescando, alimentando los sueños de... algún día poder pescar esas cuencas hidrográficas.

    gracias

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  6. Hola Alvaro, Gracias por tu visita y comentarios, saludos.

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