A veces suelo viajar mas de mil kilómetros en un día, en las mas absoluta soledad. Donde estas kilométricas rectas hipnotizan y llevan mi mente a divagar, entre recuerdos pasados o fantasias futuras, siempre asociado a aventuras y pesca.
Me suelen preguntar de como lo hago, lo de resistir tremendos viajes y aun tener energía. La verdad no lo sé, quizás solo me mueve la alegría de lo que hago. Aunque les confieso, yo viajo por pesca y por trabajo o por trabajo y pesca, la verdad no tengo claro la prioridad, pero si les aseguro que es una combinación de factores.Por entretención y distracción mental, sobre la ruta me gusta explorar mis pensamientos pseudo filosóficos, jajaja!!! Donde imágenes como esta me llevan a pensar que a veces no hay nada que hacer, es imposible evadir una tormenta, no hay ruta alternativa ni escapatoria. Los años enseñan a que se debe mantener la mente calma, la mano firme, los ojos vigilantes. Que después de la tormenta siempre sale el sol...
... Y por supuesto!!! también salen las truchas.
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