Entre Troncos

Suelo preguntarme si es instinto, algún antiguo rastro genético o toda una vida pescando...  lo que me hace ir analizando la estructura de un río, lago o laguna en busca de peces, mientras avanzo por sus riberas.     
Mi estructura favorita de todos los tiempos, son aquellas formadas por viejos troncos sumergidos.  No todos los troncos cobijan truchas, solo aquellos que por su tamaño, proporción y forma sumergida proporcionan refugio, alimento y el lugar ideal desde donde truchas cazadoras pueden realizar sus emboscadas a peces forrajeros y en algunas oportunidades a ratones o anfibios. 

Truchas cazadoras, aquellas que no van de paso por estas áreas... si nó que han hecho de este ambiente su nicho.   A veces y si las condiciones lo permiten, las podemos ver patrullar sus dominios, su territorio, a intervalos de tiempo y recorridos mas menos definidos, nadando lentamente buscando su alimento, escarabajos, pececillos, invertebrados, etc.    En otras, están sigilosamente ubicadas en la protección que el tronco le ofrece, al acecho... observando, con sus sentidos atentos a cualquier disturbio en el agua.
Son estas truchas las que me gusta pescar, me gusta identificar esas áreas de troncos donde se refugian.  Tentarlas a salir con un suculento bocado, una chernobil, fat albert, morrish mouse o mi favorita... una zonker cabeza muddler.   Suelo sorprender a mis amigos con mi elección, pero es lo que mejor resultados me da.  Quizás es una combinación de un poco de todo...  donde siempre está el factor suerte, jajaja!!! 
Me gustan los escenarios de pesca con estructuras definidas donde buscar peces y en su otro extremo, evito lugares de pesca sin estructuras donde la pesca se vuelve una actividad mecánica de lanzar y recoger.   Pescar entre troncos en un río es un clásico imperdible, pero en lagos suelo ver a mis pares omitiendo estos lugares para concentrarse en llegadas de arroyos, juncales, veriles y zonas de algas.
Pescar entre troncos me divierte, particularmente en lagos y lagunas.  Mi mente siempre va delante de mis lanzamientos jugando con los próximos escenarios y sus posibilidades.  Pero siempre atento al nado de la mosca y al inminente ataque de una trucha.    Suelo ingresar al agua para luego vadear y lanzar paralelo a la orilla, en zonas de una profundidad promedio de 80 cm., posando la mosca en el lugar que el instinto dicta en el momento.   El extremo más profundo del tronco, la cama de algas aledaña, etc...  a veces lanzo mi mosca sobre un lote de troncos y raíces sumergidas, donde destaca la zonker cabeza muddler (sin lastre) por permitir iniciar la pesca muy a superficie del agua, sorteando zonas de posible enganche entre los palos, para luego ir profundizando en la medida que recojo la línea.  Suelo pensar que esta mosca se comporta como un raton o rana en la superficie en sus primeros segundos en el agua, para luego emular un pez forrajero alejándose de los troncos.  Lo cierto es que es una forma de pescar que siempre me paga bien.

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