La hora dorada suelen ser solo segundos para mi, segundos para buscar mi cámara fotográfica y tratar de captar esos mágicos colores que nos regala el atardecer en la patagonia. Mi percepción es que estos atardeceres o amaneceres son mas hermosos en otoño, donde todo el ambiente parece entrar en una sincronía de colores.
Por lejos otoño siempre ha sido mi fecha favorita de pesca, por los colores, por el silencio de los gélidos y desolados paisajes de la patagonia. Por los peces que emergen de las profundidades e inician su migración a las areas de desove, quedando a distancia de mi caña mosquera.
La patagonia siempre me parece infinita, respecto a microambientes, guarda un sin fin de secretos de lugares de pesca. Historias de pozones al punto del desborde de fontinalis, lagunas con truchas arcoris gigantes sembradas hace décadas, remotos ríos infestados de truchas que migran rumbo al desove. Historias que ya ocupan mi mente para las nuevas misiones de pesca en la próxima temporada... por que esta acaba de llegar a su fin.
Mi temporada terminó pescando en un nuevo lugar y esta fue mi última brook. Un hermoso lugar que requiere mas tiempo y dedicación, en un entorno maravilloso para acampar, de forma libre... como me gusta.